ingreso aparatoso, pienso, es una operación política en toda su acepción, pero también un sketch y una intervención estética que se sostiene, digo temerariamente, desde el humor. Hay un límite delgado que se traspasa atrás de la impronta de esa entrada, del discurso avasallador -que se vuelve después germen del discurso antiK de las marchas del 8N o 18A- un traspasar ese límite, un ir más allá del mero atropello que se funda, creo, en un cinismo muy distinto al de la década de los 90 o al de los gobiernos de Facto (uno que supera la caracterización de Natanson que lo vincula unicamente con una ?hipocresía inescrupulosa?). Hay humor, quiero decir, inclusive en una operación en comienzo violenta, como la de entrar a la trinchera enemiga con una batería de fierros mediáticos, e inclusive cinismo. Que existe, entonces, un humor y un cinismo kirchneristas. Algo que puede leerse en pequeños gestos, algunos solapados y otros explícitos que se recortan sobre la tensión dramática de la escena. Una sonrisa a cámara en el segundo 55 del primer video, a la cual inmediatamente la procede la próximo línea de diálogo: ?¿Este es el espía de Papel Prensa??. O en los propios ademanes de director de cámara de Moreno: ?A ese filmamelo bien y haceme un primer plano bien. A cada uno, pero a éste especialmente?. Cierto espesor atrás de esa primera persona es un chiste que asusta a tramos neoliberales: el Estado en primera persona que en Moreno implica el cuchillo entre los dientes. Algo que asusta ya más que en términos ideológicos a tramos neoliberales, en un sentido político, ahora, a tramos económicos concentrados. La cuestión aquella de los grados -pienso en los tramos económicos- de ser más o menos (justamente una cuestión de grado), un hijo de puta, que dice que si hiciste mucha guita (mucha) fuese a costa del empobrecimiento general. La sonrisa que casi deviene en carcajada en el minuto 02.03 del primer video, cuando Moreno declara la publicidad -el carácter público- de la asamblea, oscureciéndose, como si fuesera un personaje masculino de Gasalla, uno de esos que no son nada afeminados. En el minuto 02.40 del segundo video la sorpresa ante el dato de que el señor Rendo va a cobrar 1.400.000 pesos, señor ?que está ahí sin corbata? (corte a Rendo que se toca el nudo de corbata que no tiene). El ?
levante la mano el que cobre 120.000 pesos por mes? que despierta la sonrisa, incluso, de una empleada morocha del Grupo, a la derecha de Moreno. El ?te dejo el iEco y vos después lo leés en mutismo el sábado a la noche? del minuto 04.15 del segundo video. La duplicación del pronunciado ?nuestro Grupo? en el minuto 04.57. Todos estos son actos de cinismo, de humor, y de política en sentido estricto.
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