Los dificultades conductuales son situaciones muy comunes en los grupos, muchas veces este asunto comienza con un chico grupo de niños, inclusive con uno solo, pero va creciedo conforme pasa el tiempo; el docente por su fracción trata de implementar tácticas que conoce, pero si el asunto persiste, estas tácticas tienden a agotarse, generando frustraciones hacia el profesor. Considero que una fracción significativo para controlar la conducta de un grupo es crear percepción en los niños sobre la relevancia de la disciplina y sobre todo de una convivencia apropiada entre ellos mismos y con los profesores. Esta histria tiene como meta realizar comprender a los niños que los malos comportamientos y las bromas pueden parecer graciosas para quien las realiza, pero no para quien las recibe, y que este tipo de acciones puede llevar a consecuencias inesperadas, asimismo de realizar énfasis en el detalle de ayudarse unos a otros y la buena convivencia. EL DIABLITO Había una vez un diablito muy travieso, le encantaban las bromas pesadas y burlarse de todas las personas, unas porque eran chaparritas, otras porque no tenían pelo, también porque usaban lentes, tenían lunares o la ropa que usaban no le gustaba. Había en especial un niño al que molestaba más seguido, se llamaba Daniel y tenía muy escaso cabello en su cabeza, por esa razón usaba una gorra, pero el Diablito se burlaba mucho de él y le jugaba muchas bromas, como quitarle la gorrita y correr para no regresársela. Daniel y los demás niños ya no hallaban qué hacer, eran muchas burlas, y en una ocasión le dijeron que los dejara tranquilos, porque un día su conducta lo iba a meter en problemas, iba a necesitar ayuda y nadie le iba a desear ayuda, pero el Diablito sólo se reía de eso. En una ocasión, el Diablito miró a un gato asustado arriba de un árbol de la escuela, y se le sucedió cortar el árbol y realizarlo caer, para que el gato se asustara. Rápido fuese a buscar algo con qué cortar, pero la broma le salió mal; al cortar, el árbol se le vino arriba y el Diablito quedó atrapado entre las ramas, como si estuviera dentro de una cárcel. Los demás niños se quisieron vengar y empezaron a burlarse de él, los niños le tiraban basuritas, y las niñas le pintaban la boca y le hacían peinados feos, y el Diablito sólo gritaba, se enojaba, y después simplemente pedía por favor que lo sacaran, pero los niños no le hacían caso. Hasta que llegó Daniel y les dijo: ¡Alto, déjenlo! ¿Qué no ven que todos se están portando idéntico que él? así no vamos a solucionar las cosas, mejor hay que ayudarlo a salir de ahí, estoy seguro que si lo hacemos dejará de molestarnos.
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