Si el piloto no ve el iceberg... La tranquilidad de los viajeros de una nave, descansa en la confianza que depositan en el capitán, quien conoce su oficio y sabe la situación en que se encuentran en cada momento. Por eso lo que ha dicho ayer el Papa Francisco, mientras la reunión que mantuvo con el clero romano en la Basílica de San Juan de Letrán, la Catedral de Roma, debió haber sido una broma para que no estemos tan cómodos ni aburguesados los pasajeros de la nave de Pedro. He aquí sus palabras ( Radio Vaticana - Traducción nuestra): "Es cierto que en la Iglesia hay escándalos, pero también mucha santidad, y ésta es más grande. La santidad cotidiana, escondida, aquella santidad de tantas madres y mujeres, de tantos tíos que laboran todo el día por la familia. Me atrevo a decir que la Iglesia jamás ha estado tan bien como hoy. ¡La Iglesia no se derrumba. Estoy seguro, estoy seguro!" Si tal cosa se debiera dicho en serio, tendríamos que estar más que preocupados. No parece en modo sdeterminados que esta sea la mejor hora de la Iglesia. Basta verificar el lamentable estado en que se hayan las naciones que cierta vez integraron la Cristiandad hoy desaparecida. Es tal la decadencia y la apostasía, que las naciones infieles nos dan lecciones en cuanto al orden natural destruido en la
legislación occidental. Hoy vemos, por ejemplo, que en una entrevista Leonardo Boff se dice asesor "informal" del Papa, al mismo tiempo que niega el sacerdocio de Cristo Es decir, hay un hereje a quien Francisco estaría consultando frecuentemente, según las declaraciones del consultor. ¿Como puede estar tan bien la Iglesia, cuando un informe ya que en manos de Francisco por Benedicto XVI el primer día en que se encontraron, describe, según serios trascendidos, una situación horroroso en la curia romana? ¿Cómo, si a motivo de todos los males acaba de renunciar un Papa, hecho casi único en la historia? Es al revés, la calamitosa situación que atravesamos, descrita acertadamente por el cardenal Ratzinger en la misa Pro Eligendo Pontifice que precedió a su elección: "La nave de la Iglesia hace agua por todas partes" En esta misma reunión con su clero, Francisco les ha dicho que tiene miedo de envanecerse, tentado por el demonio, a motivo del enorme poder que detenta; pero que hasta ahora no había cedido a esa tentación. Agregó también que, si cierta vez cediera, se lo digan públicamente si no pueden decírselo en privado: "cuidado, conviértete" Seguimos el pedido del Papa y le manifestamos respetuosamente que, en vuestra opinión, su diagnóstico acerca del estado de la Iglesia es equivocado y mete miedo: el temor de vernos gobernados por quien confunde tormenta con bonanza, mal con bien. Atreviéndonos también a decirle que quizá su yerro de crítica haya sido estimulado por el aplauso unánime y constante del mundo, del que debería recelar. ¡Se corre el riesgo de perder la perspectiva entre tantos aplausos y tanta alharaca! ¡Por favor, deje su comentario!
No hay comentarios:
Publicar un comentario