Bromas y Chistes, De tanguistas y petardos

Estuve dudando si usar este caso, pero qué caramba, puede tener determinado interés. En La Coruña los carnavales no se civilizaron hasta el año 1916 en que el alcalde Casás los convirtió en una fiesta decorosa y elegante. Hasta entonces, el pueblo, se tiraba basura, o bacinillas, tiznaban a la gente con carbón, la manchaban con harina, o ponían tijeras de punta en el pavimento de los espacios de paseo. Pero la gente no varía tan veloz cuando abunda lo primitivo y en la sociedad tanto de los años diez como de los treinta, eran legión. Una tanguista era una chica que trabajaba en un cantina de camareras, que al idéntico que ciertos cantinaes de vuestros días están llenos porque las camareras usan ropa escotada, o de lycra que atraen a los clientes, en aquellos cantinaes las tanguistas o camareras eran chicas que alternaban afuera del mostrador con los clientes para hacerlos consumir. Uno de esos cantinaes era El Sol, del que me dicen que tal vez estuvo en la cuesta de la Palloza, hacia la casa de las cigarreras. Lo cierto es que en las primeras horas del 1 de junio de 1936 unos clientes estaban en El Sol y encendieron un petardo infantil, que colocaron debajo la mesa en la que se encontraba la tanguista Aurora Varela, de 24 años, a la que la broma le costó unas quemaduras en el pie izquierdo de las que tuvo que ser asistida en la Casa de Socorro del Hospital. El hecho se declaró falta, cuyo conocimiento debió corresponder al juzgado municipal correspondiente en el oportuno juicio verbal. Como las actas de estos juicios se expurgaron, no se conoce el fruto final. Queda como un caso más que permita caracterizar a aquel pueblo, mitificado hasta la nausea, en donde esta broma pesada es sólo un suceso menor Mi notas Lo cuenta El Ideal Gallego correspondiente al 2 de junio de 1936: BROMAS PESADAS Un cliente que se encontraba ayer de madrugada en el cantina Sol, sito en la Palloza, encendió un pertardito bajo de una mesa, y al estallar lesionó en el pie izquierdo a la tanguista Aurora Varela Conde, de 24 años, domiciliada en la calle de Santa Catalina, núm. 15, segundo. La tanguista tuvo exactitud de pasar a la Casa de Socorro del Hospital, para que se le prestase asistencia médica. Su estado se calificó de carácter leve. Da también una versión parecida La Voz de Galicia del mismo 2 junio de 1936: En el cantina "El Sol" de la Palloza, se produjo una alarma, al estallar un petardo infantil que había sido colocado bajo de la mesa en que estaba la tanguista Aurora Varela Conde, de veinticuatro años, la que resultó con quemaduras en un pie, de las que tuvo exactitud de ser curada en la Casa de Socorro del Hospital.