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miércoles, 15 de enero de 2014

Cosas de broma, Un país satisfecho

Un país satisfecho
España un país satisfecho Cuando yo era chico se decía que era este un país de extremos, un invierno frío y un verano abrasador, una España de izquierdas y otra de derechas, madrilistas y barcelonistas, vino y cerveza, meapilas y correcuras, seguidores de Joselito y de Belmonte, devotos de la Pilarica y devotos de la Macarena. Todo se reducía a dos imágenes contrapuestas, y digo bien reducía, porque es una reducción a una visión simple. La sociedad española, gracias a Dios, era y es mucho más compleja. No es tan sencillo aclarar lo que pasa sobre esta piel de toro. Si poseo que realizar una visión simplista de mi país, prefiero decir que es una tierra de parones y acelerones. 
Durante muchos años España apenas se movía, apenas pasaba el tiempo entretanto que en el resto de Europa, el final de la segunda guerra mundial traía masivos cambios sociales, políticos y económicos, en este país se dormía una larga siesta y el que despertaba permitía descubrirse con serios problemas. Hay tramos interesados en realizar una lectura amable de la dictadura pero yo no lo recuerdo así, precisamente amable, y eso que era un niño, y asimismo "un niño bien", ?un niño pera? como me definió no hace mucho en un entierro un familiar de esos que solo veis en los entierros.
Fulanito, ¿te acuerdas del primo Juan Carlos?, si - dijo Fulanito - ¿Tú eras aquél niño pera?, me dijo. Y me pueden contar muchas cosas, me pueden intentar engañar con muchas historias, pero lo que he vivido en primera persona no. Por ahí no paso.


Un país satisfecho1 Pero no me quiero desviar, determinado día os contaré las memorias de un niño en la estación de Franco. Lo que quería expresar es que el sendero que otras naciones cercanas hicieron mientras cuarenta años, nosotros lo hicimos en diez. La transición hacia la democracia, la secularización de la sociedad, el tránsito del pleno manejo al paro estructural, coyuntural y funcional, la inclusión de la mujer al mundo del trabajo, el divorcio, las nuevas maneras de familia, los nuevos debates morales, los sindicatos y sus reivindicaciones, los empresarios y sus reivindicaciones, las nuevas maneras de ver la cultura más allá de los Coros y Danzas de la Sección Femenina, los nacionalismos, los Estatutos de Autonomía, el café para todos, el Estado del Bienestar, el destape, la revolución sexual, el aborto, la educación, la modernidad, la Movida y la posmodernidad, la Comunidad Económica Europea y cien mil cosas más. En sólo diez años, para bien o para mal ? yo creo que en común para bien -, de 1975 a 1985, nos pusimos al día y a este país no lo reconocía ni su madre, no nos reconocíamos ni nosotros mismos y veíamos aquella siesta como una lejana pesadilla. Aunque dejamos algo de basura bajo de la alfombra que ahora nos empieza a molestar. Parones y acelerones. Y la acceso en la Comunidad Europea nos trajo fondos, nos pusimos al día en infraestructuras, nos dimos cuenta de que en Latinoamérica hablaban la misma idioma y empezamos a comprar y vender. Crecimos. Fuimos nuevos ricos y nos comportamos como nuevos ricos (1). ¡Hala a construir!, ¡a llenar las calles de BMW y Porsche Cayenne!. ¡Viva el crédito!, ¡viva la abierta empresa!, ¡viva la mano invisible que regula el mercado!, ¡vivan los artículos financieros!. ¡Hemos superado a Italia!, ahora a por el Reino Unido. Así que vuestro entusiasmo se nos fuese por el sumidero y, como los que mandaban lo habían hecho mal, entregamos el poder absoluto a otros que no lo harán mejor. ¿Pero qué pensad la gente de todo esto?. En España poseemos el Instituto de Investigaciones Sociológicas que hace un informe mensual o bimensual del estado de la opinión pública al que llaman barómetro social. Es un buen ejercicio echarle un vistazo de vez en cuando (2). El barómetro tiene una encuesta con preguntas fijas y otras que van cambiando. Me interesa especialmente la de diciembre de 2011, porque en febrero se ha publicado otro, pero las preguntas variables no son tan interesantes. A la pregunta de cómo calificaría el encuestado la situación económica actual, el 86,6 % pensad que es mala o muy mala, el 11,9 regular y sólo un 1,2 % pensad que es buena. Ni que decir tiene que no hay nadie que piense que la situación es muy buena. Sólo un 3,1% pensad que la situación económica actual del país es mejor que la del año pasado. Idéntico el 39% y peor el 56,4%. Y, ¿el año que viene?, pues un 21,2 % pensad que será mejor, el 35,9 idéntico y el 29,6% pensad que será peor. Respecto de la situación política del país los encuestados responden en el 7,8 de los casos que es buena, un 30,8% pensadn que es regular y 53% pensad que es mala o muy mala. Como es lógico la encuesta responde al estado de ánimo que uno supone que, después del bombardeo de malas noticias, el pueblo español debe tener. Otra pregunta interesante, que también es de respuesta múltiple, es ¿Y cuál es el asunto que a Ud. personalmente le afecta más?. El 45% ha señalado el paro, el 43,3 los dificultades de índole económica y 8,2 % las pensiones. Es muy curioso en esta cuestión hay una tendencia más clara hacia el bolsillo de cada uno, los políticos afectan personalmente sólo al 4,3%. Hasta aquí todo es lógico, tiene lugar un pesimismo claro, usual cuando te desayunas cada día con la prima de riesgo y las amenazas del Gobierno de turno o de la Confederación de Empresarios. De tal manera que en tu fuero interno rezas lo de aquel viejo chiste: ?madrecita que me quede como estoy?. De todas formas, si el 50% está dispuesto al sacrificio ? por cierto habría que explicar si el suyo o el del vecino ? los poderes económicos pueden pensar que todavía hay borde para seguir presionando. Y para terminar dejo el dato más enigmático, con todo lo que está cayendo, el 68% de los encuestados está muy o bastante satisfecho con la vida que lleva. Parece que es un dato de otra encuesta, de antes de 2008. Ni satisfecho ni insatisfecho se declara el 15,2% y, se declara bastante o muy insatisfecho el 16%, muy por bajo del 23,3% de parados que las estadísticas oficiales nos indican que soporta este país. De todas maneras habría otra cuestión, vuestro país soporta casi 5.300.000 desempleados, pero lo hace con relativa paz social. ¿Será por la porción de horas de sol que poseemos que nos hace optimistas y plenos de vitamina D? (3), no lo creo, en mi opinión hay dos válvulas de escape de la tensión social. La primera es económica, tiene lugar una economía sumergida que alivia el problema, en 2008 se calculaba que era un 23% del PIB, es decir, 240.000 millones de euros. Aunque, como el tramo que más contribuía a la economía sumergida era la Construcción, en 2011 se ha reducido al 17%, pero todavía es una pasta. España, un país con mucho sol, la cifra de bajo son las horas de sol al año por provincia La segunda válvula es la familia. En España la familia es una institución básica, por ejemplo, en la misma encuesta que estamos estudiando, un 98,9% de los encuestados opina que la familia es muy significativo o bastante significativo y, todavía queda un 0,5% que estima que es algo importante. No hay nada que resulte tan unánime en vuestro país. Gracias a que la familia es tan fuerte, los lazos de solidaridad familiar contribuyen a suavizar el asunto de la falta de ingresos de los parados. El punto negro en este artículo es que según la encuesta de población activa correspondiente al cuarto trimestre de 2011 nos dice que hay alrededor de 1.500.000 de hogares en los que ninguno de sus miembros está trabajando. Esto, aparte de representar un enorme asunto humano, es un indicador de los límites del resultado suavizante de la solidaridad familiar. Así que mucho me temo que, de seguir las cosas así, la paz social será menos pacífica. Ojalá me equivoque, ojalá aparezcan de realidad los brotes verdes y, después de ellos, la economía resurja, y recomience el reparto ? aunque sea a la forma capitalista -, para que al final nos llegue algo a nosotros, a los que estamos en la fracción de bajo en la pirámide social. Madrecita que me quede como estoy Por cierto, ¿adónde han ido a detener los Porsche Cayenne?.

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