"Estoy sentado en una sala, rodeado de cabezas y de cuerpos." Me contaron que en una entrevista el periodista preguntó a Foster Wallace que si su novela se trataba de una borma, como el mismo título indicaba. Por supuesto que el autor lo negó. Hay que ser muy "bromista" para dedicar tres años de tu vida a escribir más de 1000 páginas hiladas. Aún así, supongo que la anécdota, para os que han pasado por este libro, es comprensible, y seguro que alguno, al idéntico que el periodista, ha llegado a pensarlo. Y es que hay que tener valor para enfrentarse a "La broma infinita". Bueno, valor, tiempo y paciencia. Mucha paciencia. Antes de empezarlo me dijeron que tenía que aguantar hasta la página 300 y entonces el universo se abriría ante mis ojos ¡Hasta la página 300 nada menos! No sé a quién le hace un favor este libro. Al lector virgen de Foster Wallace lo descalabra, y al que ya lo conocía, encuentra que se sentía más cómodo sentado un peldaño más abajo. Yo lo cogí como reto, como libro que hay que leer después de haber pasado antes por muchos. Y no veáis lo que me ha costado... A pesar de que me parece que Foster Wallace era un genio escribiendo, este libro no se lo pone sencillo a nadie, a veces ni siquiera al más entregado. Yo encontré esta página que me sirvió de ayuda en mi aventura y que llos aconsejo por si un día aceptáis el desafío y llos apetece adentradllos en las profundidas de "La broma infinita". Ánimo a los que los vayáis a colocar con ello.
viernes, 5 de diciembre de 2014
Bromas de Adultos, La broma infinita de David Foster
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