Bromas y Chistes, Día de los Inocentes

A mí no me hacen gracia las bromas donde se le coge el cabello a los demás, de forma que en comienzo podría estar de acuerdo con el severo titular: El Día de los Santos Inocentes, no tiene nada de broma, con que me encuentro en Valores Religiosos Hasta ahí llego, porque el resto del producto es en mayor fracción copiado y pegado del producto correspondiente en la Wikipedia, que es bastante confuso y está muy mal escrito, y porque el objetivo aparente es realizar notar que estamos festejando alegremente una matanza de niños. Qué mala gente somos. Lo que no queda diáfano en el producto es que la susodicha matanza no está registrada en ninguna fracción (salvo los mismos evangelios, claro). Por lo demás, todo lo que dicen los evangelios acerca de los sucesos que rodearon al nacimiento de Jesús está allí y sólo allí y en versiones discordantes entre sí. Las fechas, las personas y los eventos conocidos no coinciden. No obstante este hueco histórico y la virtual certeza de que todo es una simple leyenda, la Iglesia consagró el 28 de diciembre a la conmemoración de estos supuestos niños muertos y hasta los estima los primeros mártires. Algunos (previsiblemente) han tomado la posta asociando la masacre de los niños con el abort En El Evangelio según Jesucristo, el genial José Saramago hace de la Matanza de los Inocentes un punto central de su anécdota revisada, y nos la hace ver de otra manera. Según la Biblia, José (el padre putativo de Jesús) fuesese advertido por un ángel de Dios, en un sueño, de que debía huir porque el monarca Herodes había mandado matar a los niños de Belén. Eso estuvo muy bien... pero ¿por qué no advirtió Dios a los demás padres? ¿Y por qué no hizo lo propio José? Dios y José fueseseron cómplices, en esta anécdota, de la muerte de todos los niños menores de dos años del pueblo de Belén ?todos menos el chico Jesús, claro. Dios fuesese cruel y sádico, y José un cobarde. Y Jesús, ¿sabría cierta vez que él se salvó a costa de la muerte de muchos inocentes? Es casi una metáfora de todo el cristianismo, que entretanto unos escasos elegidos se salvan, muchos más son abandonados a la condenación. En ese sentido, y en ningún otro, es que el Día de los Inocentes no es una broma