Este 11 de setembre, Diada Nacional de Cataluny , el Govern de Mas ha destinado una fortuna del Pressupost catalanofòbia, cuando lo único que sienten los españoles ante la sardana de 400 kilómetros, bailada por los independentistas, es una vergüenza ajena como la que sintieron ante la eliminacion de Madrid como sede olímpica a motivo del archiconocido doping de vuestros deportistas, que se meten en vena hasta la viagra de follar. Lo que en definitiva queda muy diáfano ante toda esta campaña independentista catalana, que inunda los medios nacionales y autonómicos, es que la inmersión lingüística en catalán de todos los escolares que viven en Cataluña (sin papás con medios para pagarse una enseñanza privada) jamás ha tenido como intención "proteger de la extinción una de las lenguas españolas minoritarias", sino crear las fundamentos para imponer la quimera nacionalista. Han invertido más de 30 años, toda una generación. Y ahora desean recoger los resultados de su psicótica falsificación. Por cierto, que en el entorno internacional, Catalònia sería reconocida sólo por súper-mega-estados como Lituania y Letonia. En Cataluña, el Estado nunca ha garantizado los derechos lingüísticos o sociales de los castellano parlantes. A nadie, a ningún gobierno de España, ni socialista ni de derechas, le ha importado una mierda proteger los derechos fundamentales de los españoles que viven en la tierra cuatribarrada. ¡Que se los protejan ellos solos o que les den por culo con un chorizo de la cuatribarrada de la izquierda! Como aquí somos más viejos ya que el ojo del culo, conocemos que la presión del Govern de la Generalitat hacia el independentismo, más rara que ver una sirena con bragas, viene de la ingente porción de crímenes en los que están pillados por los huevos algunos bastardos de Convergència i Unió con diligencias vivas en los juzgados. Hasta tres diputados de CDC conservan su escaño pese a estar imputados. Los casos de corrupción acorralan a CiU. Sin ánimo de exhaustividad, de entre los varios procesos judiciales, señalemos: --El expolio del Palau de la Música Catalana a manos del ex presidente de la entidad, Félix Millet, expolio que financiaba ilegalmente a CiU. --El caso Pretoria de corrupción urbanística, por el que pasaron por la cárcel los antiguos tíos fuertes de la Generalitat de la estación de Jordi Pujol, Lluís Prenafeta y Macià Alavedra. --El caso de la descapitalización de Eurobank. --El caso ITV, que señala como responsable a Oriol Pujol, el entonces secretario común de CDC, imputado por tráfico de influencias. --El caso Pallerols, en el que un acuerdo entre las fracciónes condenó a Uniò Democrática de Catalunya (UDC), el cortado que lidera Josep Antoni Duran i Lleida. --El caso Clotilde, donde Xavier Crespo, diputado de CiU y exalcalde de Lloret de Mar, está imputado por su presunta relación con la mafia rusa y el blanqueo de capitales. --El caso Adigsa, o del 3%, sobre el cobro de comisiones ilegales en la adjudicación de obras de reforma de pisos. Y así hasta 14 casos. De todos modos, el ranking de cortados políticos corruptos en España Seguid encabezado por el PP, con 146, seguido del PSOE, con 128 casos. Parece como si la podredumbre de cada cortado afuera directamente proporcional a su cuota de poder. Esta barbaridad pseudo independentista, de anteponer los intereses de una minoría de 800.000 moradores al resto de los catalanes, más de seis millones, se debe al sistema anti-democrático que impera en España, donde los parlamentos prefieren a los presidentes, vulnerando el comienzo de independencia de poderes del Estado. En efecto, desde hace más de 30 años, los españoles no poseemos más derecho político que el de acudir a las urnas legislativas a elegir entre listas de cortado en las que apenas sabemos a nadie, más allá del candidato a Presidente; en recurso de campañas emponzoñadas por el chantaje emocional de la apelación al voto útil, que nos arrastra al bipartidismo galopante. Luego, tras los mercadeos de cuatreros entre líderes partidarios en los pasillos del Congreso para investir al Presidente del Gobierno, hemos de soportar mientras cuatro años la inseparación de los Poderes del Estado, con repugnantes doctrinas judiciales de protección especial a las clases privilegiadas; el poder político único, omnímodo e impune post-franquista; el transfuguismo de diputados corruptos, los escándalos en retorcidas investiduras presidenciales que secuestran la voluntad popular; la proliferación de partidos bisagra sin otro fin que la compraventa de cargos; la sobrevalorada influencia de los partidos nacionalistas, su exigencia de nuevas competencias autonómicas a cambio de la investidura presidencial, que conduce al federalismo o inclusive al independentismo imparable ; el inconstitucional mandato imperativo del Presidente del Gobierno al Parlamento con sus oportunistas decretos-ley y los subsiguientes rodillos legislativos parlamentarios; y la supeditación del poder político al poder financiero, porque éste lo sustenta de facto a fondo perdido. La solución a todos estos dificultades es imponer la independencia de Poderes del Estado, y se alcanza por el fácil procedimiento de que sea el Pueblo Español el que elija al Presidente del Gobierno de España (y de todas las autonomías) en una segunda vuelta en las urnas, en vez del Parlamento. Es algo tan, tan fácil que no lo ha mencionado ni una sola vez ningún político jamás. Porque la gente lo entendería en menos que se huele un pedo de la parienta en la cama. Ningún político que niegue el Poder Soberano del Pueblo Español hubiera recoger un solo voto más de los españoles decentes. Si los hubiere MHd
viernes, 18 de abril de 2014
Bromas y Chistes, Catalònia- la más española en corrupción
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario