?¿Podés retratar una mujer? ?Tenés razón, los humoristas estamos muy acostumbrados a retratar estos muñequitos narigones. Unos trazos rápidos, un peinado, labios, la nariz un escaso más pequeña y por fin el ?profe? de turno mira a la chica y pregunta: ?¿Zafa??. ?¡Recontra!?, se entusiasma la piba de mangas largas. ?Estuvo re bien?, reconocerá despues Claudio Kappel, el interpelado. Kappel es uno de los muchos dibujantes, historietistas y humoristas gráficos que trataron con los chicos en el Festival de Historietas de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, que se elaboró en Buenos Aires el viernes y el sábado pasado. Aunque en el momento que presenció Página/12 una veintena de chicos se esforzaban por encontrar los trucos para realizar humor de actualidad, centenares de pibes pasaron por los diferentes talleres y entrevistas dibujadas que ofreció el encuentro. Este año el Festival de Historieta optó por eludir los masivos invitados (años previos lo visitaron figuras como Marv Wolfman o Robin Wood), que atraen a los masivos, pero quizá no son tan conocidos para los más pequeños. Ver a los historietistas retratar en vivo y la probabilidad de aprender cómo ordenar el relato en cuadritos, en cambio, se reveló como una apuesta mucho más segura. Algunos talleres, como el de manga, estaban abarrotados de chicos y requerían dos o tres dibujantes-profesores para llevar la clase. A todos los talleres asistieron chicos y chicas por igual, aunque éstas se mostraron mucho más participativas que los varones. Desde la misma mesa en que una reclamaba ver una mujer dibujada, otra le ?pasaba letra? al humorista, experimentado docente del rubro. La chica se conocía todos los tipos de globos de diálogo y le recordaba hasta el último detalle, entretanto el dibujante trazaba rostros a modo de ejemplo sobre las láminas. En los talleres, suelen participar más las chicas ?No es sencillo pensar un chiste, no es que uno se sienta y listo, a mí a veces me coge tres o cuatro horas y leer todos los diarios para que se me ocurra algo?, tranquilizaba Kappel a sus estudiantes del primer día entretanto elogiaba sus dibujos. Fuera del aula vidriada, una madre intentaba infructuosamente seducir la vigilancia de su pulguita de gorro colorado brillante. La piba, nada: dedicada a retratar su chiste y charlar con las compañeras de mesa no le daba ni cinco de bolilla. La concentración le ganó el elogio del docente, porque entretanto su madre se resignaba a sacar fotos con el celular primero y a sentarse en el piso alfombrado luego, el ?profe? le ofrecía mostrarle su esfuerzo a todos los compañeros. Al final, la gorra roja, muerta de vergüenza, tapó la hoja con sus brazos y hubo que quedarse con las ganas de ver el dibujo. Otros chicos no fueron tan tímidos. ?Yo pensé que esto de la policía ecológica era otra cosa?, le comentaba un personaje a otro, entretanto un oficial esposaba a un árbol en uno de los esfuerzos que destacó Kappel. Durante transcurrían los talleres, las plazas centrales de cada pabellón del Instituto Municipal de Exposiciones eran el escena de Entrevistas Dibujadas, la actividad incorporada esta edición. En ellas, reconocidos dibujantes en actividad en las principales revistas infantiles dibujaban en rotafolios entretanto alguien les hacía preguntas sobre su trabajo. Controladas las ganas de correr de los niños con la magia del dibujo en vivo, al final los chicos se encargaban de realizar la mayoría de las preguntas. El atractivo del dibujo en vivo, importante en las ?entrevistas dibujadas? ?¿Cómo sabés las cosas??, le preguntó una chiquilina casi en tono existencialista a un sorprendido Max Aguirre, en la segunda jornada de festival, casi al cierre de la feria. Otra quiso saber si a los gatos había que mimarlos y una más, si las brujas comían gatos (resulta que no, explicó Aguirre, que las brujas de Villa del Parque son reconocidas por comer alfajores de dulce de leche). Finalmente, los dibujos hechos en vivo por los historietistas se sortearon entre los chicos y masivos presentes (porque los adultos tampoco se querían quedar sin su numerito). Los que se fueron con las manos vacías, sin embargo, todavía podían pasar por los varios stands donde los autores firmaban libros y ofrecían más dibujos. Es que más allá del Festival de Historieta, en la Feria del Libro Infantil y Juvenil se prevée el progresivo crecimiento del sector. Los chicos no sólo conocen a superhéroes y personajes publicados en diarios de mayor tirada, autores como Javier Rovella pasaron más de dos horas firmando libros en el stand de De la Flor y su Dante Elefante era mencionado por los chicos tanto como los monstruos que El Bruno publica en Billiken. En última instancia, ése es el objetivo de la FLIJ: brindar a los chicos un lugar para descubrirse con libros y autores, y estimular su creatividad. ?No dejen de dibujar?, recomendó Kappel a los chicos, de vuelta en el taller. Un buen consejo.
lunes, 27 de enero de 2014
Mucho humor, En vivo y en directo
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