EL ABRAZO Ella llevaba una eternidad errando en soledad. Tenía frío y hambre de cariño. Le sobraba amor para dar y ternura a espuertas para regalar, pero no sabía a quién y cada día se le hacía más pesada la carga. Cuando casi había perdido ya la esperanza, manifestó él. Llego como materializándose en la misma nada. Se paró frente a ella, la miró despacio como tratando de recordarla, hasta que al fin le dedico una amplia sonrisa y le abrió sus brazos de par en par. Él la rodeo con sus brazos en un lazo cósmico. Se fundieron en un sólo Ser. Miró al cielo y con una sonrisa conmovida en sus labios, elevó una plegaria de infinito agradecimiento al Universo por haberle permitido descubrir después de tanto tiempo a su compañera, su complemento eterno. Carmen (30 de enero del 2015) Copyright©
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