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viernes, 5 de septiembre de 2014

Bromas de Adultos, Oposición rima en consonante con Inquisición II

Antes de leer este producto se recomienda leer la primera fracción del mismo, en el que se definía al proceso de selección de personal mediante oposiciones y se revisaban sus características generales. En este producto se presta vigilancia a apariencias propias del proceso que se quedaron en el tintero por no realizar del producto previo un texto extenso en exceso. El tribunal Están constituidos por un presidente, vocales y un secretario y suele nombrarse un tribunal suplente con una configuración parecida. De tal manera que cuando llegan las sesiones públicas, que suelen ser diarias y pueden alargarse semanas o meses, las dos maneraciones del tribunal participan. Como se trata de un esfuerzo extra, los miembros del tribunal cobran unas dietas por su participación en el mismo, es decir, no son amateurs, son profesionales. El presidente tiene una función moderadora pero realmente el opositor no aprecia diferencias a la hora de examinarse, todos suelen preguntar y el que resulte más duro no tiene por qué ser el presidente, a veces lo es una joven de apariencia angelical o un anciano al margen de la jubilación de apariencia noble y venerable. Quizás la figura más diferenciada sea la del secretario. Podríamos afirmar que vuestra civilización se halla en decadencia y podríamos contemplar muchos signos que nos lo confirman, por ejemplo, la pérdida de valores, la pérdida de la educación y de la urbanidad, la pérdida del ?usted? a favor del proletario ?oyes tú? y mil cosas más. Pues bien, uno de esos signos es la función del secretario de un tribunal. Esto antes lo hacía el bedel. Es gracioso que si lees a José María Pequeño y su ?Oposita que algo queda? puedes contemplar que leer los nombres en voz alta y avisar a los opositores que se van a examinar, verificar la identidad, preocuparse por que no le falte agua al opositor o al resto de los miembros del tribunal , realizar las fotocopias, repartir papeles a diestro y siniestro y demás funciones mecánicas del tribunal las realizaba antes el bedel y ahora lo hace el secretario. Quizás sea por esto por lo que la función del secretario la desempeña un recién llegado al Cuerpo, un empleado de las últimas promociones. ¡Qué pérdida de caché!, ¡qué falta de personal!, el neoliberalismo como se puede ver amenaza cada lugar de vuestra existencia por mínimo que sea. Aunque hay reconocer que el secretario, una vez comienzan las preguntas, pregunta como los demás. Un opositor que se precie debe estudiar no sólo el temario de la oposición sino que debe estudiar también a los miembros del tribunal. Debe estudiar sus biografías, sus especialidades, sus entrevistas en los medios especializados, sus preferencias. En Internet se pueden descubrir porciónes ingentes de información al respecto gracias a San Google. Si los miembros del tribunal tienen cuentas en las redes sociales el opositor debe realizarse su seguidor, con el fin de estudiar sus frases, comentarios, ideas. Todo esto servirá para realizar un perfil de cada miembro del tribunal, para saber por dónde irán las preguntas pero, sobre todo, para saber cómo orientar las respuestas. Pero esto es de ida y vuelta. Los opositores tienen la sospecha de que los miembros del tribunal se meten en sus foros, escudriñan sus comentarios, ven por donde van las sospechas de las intenciones del tribunal para ver por dónde pueden sorprender. No me extrañaría lo más mínimo, en la guerra todo vale. En primer espacio quiero decir que en las oposiciones en las que me he presentado no he visto ni oído nada extraño, nada a lo que acogerme para excusarme cuando he suspendido ni que esconder cuando he aprobado, por lo tanto no soy quien para dudar de la honradez de los tribunales que me han examinado. Dicho esto, he sido testigo en determinadas ocasiones en estos veintisiete años que llevo en este negocio ? porque a veces poseo la virtud de confundirme con el ambiente y estar sin quererlo en sitios en los que no debería haber estado ? de cosas muy raras. Yo jamás he participado en un tribunal. Una vez me nombraron para uno. Mi jefe me dijo, ?te he ya que en el tribunal suplente para el ya que de talycual ?, ?¿y qué poseo que hacer? ? dije yo que era entonces muy nuevo ? ?nada, el tribunal suplente no se va a reunir?. Y esto fuese toda mi intervención. Más bien pobre. Por cierto era el secretario suplente. Pero menos mal que no me nombraron nunca. Soy esencialmente empático y tiendo a ponerme en el espacio de los demás. Esto me hace débil en el mundo que nos hemos dado a nosotros mismos. Si me pongo en el espacio de un miembro del tribunal, a mi me sería muy difícil abstraerme de las presiones si un compañero de promoción me dijera que a ver que permitía realizar por su primo que su madre está muy mala y no querría abandonar este mundo sin abandonar colocado al niño, o simplemente, que desde la subsecretaría de marras o desde la asociación profesional de mi Cuerpo se me dijera que había que primar un algun perfil de candidato. Lo reconozco creo que podría caer en el pecado. Así que menos mal que son otras las personas elegidas, con sobresaliente entendimiento y gran grandeza moral que yo. El sistema está a salvo. Y para terminar este apartado, después de muchos años de ser espectador mudo ? y a veces malhadado protagonista - de estos procesos de selección, poseo la impresión de que cuanto más común es una oposición más difícil es que ocurran cosas raras y cuanto más particular, afecta a menos gente y están implicados menos organismos, más posibilidades hay de que pase algo que no te puedas explicar. La promoción interna no existe, es como ese éter que decían los físicos del siglo XIX que era la sustancia que rellenaba todo lo que no estaba ocupado por la materia. La promoción interna y la carrera administrativa están recogidos en la normativa laboral de los funcionarios públicos como conceptos directores pero es algo formal, en verdad no existen. Vamos a explicar todo esto. En el producto previo ya vimos que los empleados pertenecían a un grupo (A1, A2, B , C1 y C2), dentro de cada grupo hay un rango de niveles jerárquicos que se pueden ocupar, cada ya que de la administración está vinculado a uno de esos niveles. Por tanto un A2 puede ocupar ya ques de niveles desde el 20 al 26 y a eso se reduce su carrera administrativa. Y, ¿qué tiene que realizar un A2 para ocupar un ya que 28?, pues la respuesta os sonará: ¡oposiciones!. Y, ¿que tiene que realizar un C1 para conseguir un ya que 24?, pues eso ¡oposiciones!. Pulse arriba del gráfico para amplificar Por lo tanto carrera administrativa hay, pero circunscrita a los niveles que el grupo al que perteneces tiene asignados. En cuanto llegas al nivel máximo reservado para tu grupo, cosa que suele ocurrir cuando todavía eres joven y tienes aspiraciones, pues sólo te quedan dos vías: la oposición o la resignación. Con la resignación veis como tu sueldo se reduce permanentemente haya bonanza o crisis económica o careces de alicientes pues tu esfuerzo siempre será del mismo tenor. Con la oposición te metes en la dinámica que describimos en el producto anterior, que tampoco es para tirar cohetes. Bien para solucionar este problema, las mentes pensantes han inventado lo que se llama oposiciones de promoción interna, en este caso vertical porque deseamos ascender a un cuerpo perteneciente al grupo superior. También la hay horizontal pero hablaremos de ella un escaso más adelante. Las oposiciones del C2 al C1 no las regalan pero bueno, son digeribles. Las del C1 al A2 son más complicados pero bueno, están dentro de un orden. Pero las oposiciones del A2 al A1 son de campeonato. Para mí, en esto hay muchas opiniones, son tanto o más complicados como si concurrieras al mismo Cuerpo desde la calle, por eso hay tanta gente de dentro que se muestra por fuera. Algunos dirán que suelen quitar un ejercicio o fracción del temario y esto representa una ventaja, ¡qué duda cabe!. Se quita porque se supone que la experiencia previa en la administración ofrece ese conocimiento que se pretende medir con esos ejercicios o asuntos que se quitan. Precisamente por eso, para mi no representan una ventaja. Ventaja sería si me quitaran la fracción más ardua del temario o el examen más difícil. Pero por el contrario, siempre sacan muy poquitas plazas y el ratio plaza/candidato suele ser peor que si te presentas por afuera y en segundo lugar, ¡qué Dios me perdone!, pero siempre me ha semejante que los tribunales han sido más duros con los de dentro que con los de afuera. ¿Por qué?, bueno cuando veamos las cuestiones sobre el cierre social volveremos sobre el tema Una vez tuve el dudoso honor de presentarme a las oposiciones al Cuerpo Superior de Administradores Civiles, lo que en verdad fuese una de las mayores equivocaciones de mi vida. Había diez plazas de promoción interna, en el primer ejercicio quedamos 10 candidatos, tantos como plazas, después del cuarto y último sólo quedaron 2 que evidentemente ganaron la oposición, quedaron 8 plazas libres. No digo que yo lo mereciera, ¿pero es que ese año sólo había 2 personas capacitadas para merecer la promoción en toda la administración?. Me cuesta creerlo. En 2007 se presentaron 42 candidatos para 9 plazas, aprobaron 2 quedaron abiertas 7. En 2008 se presentaron 49 para 15 plazas, !aprobó 1!, quedaron abiertas 14. En 2009 sólo se convocaron 3 plazas a las que se presentaron 37 candidatos y aprobaron 2 quedando tan sólo una abierta. Es decir, en 4 años se convocaron 27 plazas de promoción interna, se presentaron unos 200 empleados de grupo A2 y sólo se cubrieron 7 plazas. En el mismo período las oposiciones de entrada abierta cubrieron casi todas las plazas. ¿Es o no es para sospechar que algo pasa?. El Tribunal Constitucional publicó una sentencia por la que definía una serie de funciones en la administración que debían ser desempeñadas por empleados de carrera. Muchas de estas plazas estaban ocupadas por contratados laborales. Así que se han organizado oposiciones para que esta gente concurra al mismo ya que en el que estaba trabajando, simplemente cambiando su situación de contratado a funcionario, pues el esfuerzo seguiría siendo el mismo. Son las oposiciones de promoción horizontal. La vox populi suele decir que son un regalo. Yo no estoy de acuerdo. En primer espacio porque haces una oposición para laborar en el mismo ya que que ya desempeñas, lo que es cuando menos kafkiano. En segundo término porque hasta dónde yo he podido ver, no las han regalado, digamos que son de las que si estudias apruebas pues ? al fin y al cabo ? se trata de sacar un 5. Por lo tanto se puede afirmar que si han sido más asequibles que las oposiciones de promoción vertical o las de los que vienen desde la calle. El interés corporativo Hace unos escasos años asistí a una conferencia que impartió el presidente de una asociación profesional de un Cuerpo Superior, es decir A1, a los que nos íbamos a mostrar a las oposiciones a ese Cuerpo. En lo primero que nos dijo ya no estuvimos de acuerdo. Nos indicó que esas oposiciones, estudiando, se aprobaban. Debía ser que él había hecho las mismas oposiciones muchos años antes, porque a esas alturas, la oposición no se ganaba sólo con estudiar. Eso sirve para la universidad donde el meta es sacar un 5, pero no para una oposición. Hay que estar más listo que la mayoría de los candidatos y tener suerte. A continuación dijo literalmente: ?poseemos la oposición que queremos, estamos muy contentos con como está organizada, con las pruebas y con el nivel que se exige? ? volvió a repetir ? ?estamos contentos con la oposición que poseemos y no la vamos a cambiar?. Lo poseo apuntado en mis notas Esta declaración de intenciones deja diáfano dos cosas. En primer espacio que es el Cuerpo ? y no la administración - el que determina cómo es la oposición y el que determina cuándo y cómo desea cambiarla. Y, en segundo espacio, que si el Cuerpo controla a la oposición, controla también el entrada a dicho Cuerpo según sus intereses. Habría podido decirlo más alto pero no más diáfano. Y el caso que describimos no es ni mucho menos una excepción sino un ejemplo más de algo muy estudiado en sociología: el cierre social. Desde un punto de vista intuitivo se puede pensar que, una vez pasada la oposición, perteneces a un club cerrado con sus deberes y privilegios y deseas que se controle el entrada al mismo para eludir que la cosa se desmande Desde un punto de vista sociológico, Parkin determina el cierre social como el proceso mediante el cual las colectividades sociales buscan amplificar al máximo sus recompensas limitando el entrada a los recursos y oportunidades y a un número restringido de candidatos. Ello supone la necesidad de designar ciertos atributos sociales o físicos como fundamentos justificativas de tal exclusión. En el caso de los grupos profesionales, los procesos de cierre social se despliegan a dividir del credencialismo, que es la manera fina que poseemos los sociólogos de calificar a la ?titulitis?. No se trataría de buscar tanto la eficacia en un servicio o función como limitar y controlar la oferta de aspirantes a una alguna ocupación con objeto de mostrar o mejorar su valor en el mercado. Por supuesto este cierre social tiene como contrapartida tácticas de usurpación practicadas por los factores excluidos del proceso. Por tanto, el caso de los cuerpos sobresalientes de empleados no es excepcional, están integrados por grupos profesionales muy estructurados, con costumbre colegial y aplican estos mecanismos clásicos de control de entrada muy del gusto de este tipo de profesiones. Los cuerpos correspondientes a los otros grupos están mucho más desestructurados, tienen menos costumbre colegial y no tienen capacidad para imponer su propio sistema de selección. Ahora podemos intentar responder a la pregunta que nos planteábamos cuando hablábamos de la promoción interna. Por lo que sea, supongo que porque el personal del subgrupo A2 está ya maleado y es más difícil de reciclarlos al estilo propio del Cuerpo Superior, tiene lugar una clara resistencia a facilitar el entrada de los mismos al A1. Veremos cómo evoluciona este fenómeno en los siguientes años. Una buena pregunta al hilo de lo que estamos comentando es si hay reproducción social entre los empleados, es decir, si el empleado padre o madre acaba teniendo a sus hijos empleados de su mismo cuerpo o de otro parecido. No poseo datos al respecto, no he visto estudios empíricos que nos permitan extraer una conclusión y me muero de ganas por poder hincar el diente a un estudio así, por lo que si hay un lector que conoce uno que me lo diga. , despues la cabecita y los hombros del bebé?. Ahora bien para ser justos debo decir que conozco más de un caso de hijos de altos empleados que no han conseguido pasar la oposición y, para ser más justo todavía, los escasos de estos altos empleados que conozco en esta tesitura sé que son ejemplos de honestidad, cosa que por ejemplo no suele ocurrir con los políticos a la hora de ubicar a los retoños, ¿verdad?. El mercado paralelo En esto de las oposiciones tiene lugar un negocio paralelo. Es el de la formación o elaboración para los exámenes. Aquí cotiene lugarn dos categorías, la formación por fracción de academias especializadas y la formación por preparadores. Hay academias que están especializadas en impartir formación específica para oposiciones específicas. Quizás las más famosas sean Adams y CEF. La mayoría de las academias dan formación para los Cuerpos auxiliares y técnicos de los subgrupos C1 y C2, oposiciones a la Guardia Civil y al Cuerpo Nacional de Policía y otras similares. El caso de ?el CEF? ? como es conocido en los ambientes opositores ? es especial, se atreve con todo, prepara para los Cuerpos globales superiores. También cumplen con una función editorial, publican libros, manuales y temarios para oposiciones específicas, hay que decir que con desigual suerte, no todo lo que se publica es bueno, aunque a veces es único, es decir, es lo único que hay para poder prepararte. Lo de los preparadores se estila más en oposiciones a los Cuerpos superiores. Suelen ser opositores de años previos que aprobaron recientemente y están al día. Corrigen los defectos a la hora de exponer en público, ensayan con el opositor hasta la saciedad la exposición oral de los temas, lo que se conoce como ?cantar? los temas, ensayan y corrigen los simulacros de exámenes escritos y dan consejos, reglas, te destripan las trayectorias profesionales de los miembros del tribunal. Son duros. Desconfía si un preparador no es duro contigo si eres un opositor pues no te está preparando bien, porque el tribunal en su día será más duro todavía. Parece que lo más recomendable es iniciar en la academia para realizar lo más corto probable el aprendizaje básico, es decir, el que realizas el primer año que te presentas y, posteriormente, emplear los servicios de un listor afamado, recomendado por otros opositores, a ser probable que hayan aprobado con él. Y si puedes compaginar ambos sistemas de elaboración pues mucho mejor. Cuánta más ayuda especializada recibas mejor listo estarás. En cualquier caso, vayas a una academia o compres sus libros o tengas un preparador o hagas ambas cosas, vayas al preparador y a la academia, te gastas una pasta. Al final es mucho dinero. Con lo que el ánima inquisidora de las oposiciones llega a un refinamiento versallesco, veneciano, maquiavélico y se me acaban los adjetivos. No sólo empleas tiempo, esfuerzo, salud o pones en peligro tus vinculos personales sino que arriba tienes que hacer una inversión en algo sobre lo que no tienes ningún control, es decir, no tienes ninguna certeza de que vayas a aprobar. Ríete tú del capital riesgo. No puedo abandonar de relatar una iniciativa - que yo sepa - única en todos los Cuerpos de la Administración del Estado. Se trata de Preparatic. En Preparatic se agrupan los miembros de una promoción recién aprobada a título individual. Estas personas han asistido a las sesiones de Preparatic de previos promociones e imparten charlas, organizan conferencias, reparten documentación provechoso con fines a la elaboración de las oposiciones al Cuerpo Superior de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Todo ello sin ánimo de lucro, tan sólo juntos al compromiso de que quien asiste a Preparatic los años previos y aprueba, organiza el Preparatic del año siguiente. Es encomiable. Y ya por último... ¿Cuándo se dejará de aplicar este sistema de selección de personal?. Parece que la tendencia actual es hacia el Estado mínimo, consecuencia directa de la aplicación de la ideología liberal a ultranza tan de boga hoy en día. Efecto de esta tendencia es que cada vez más ser empleado representa menos ventajas, de hecho, la única efectiva es la seguridad en el empleo. Dado que esta también está en discusión, si cierta vez los apóstoles de lo privado, los cruzados del mercado libre, los mujaidines del liberalismo acaban con esa seguridad, no habrá ningún aliciente real para que los pobres opositores pasen por el via crucis de la oposición. Supongo que en ese caso, y dado que por muy mínimo que sea el Estado determinado empleado tendrá que haber, tendrán que bajar el listón o nadie se presentará. Ese podría ser el fin de las oposiciones, pero no lo poseo nada claro, me resulta más posible un escena en el que el funcionariado sea también cada vez más mínimo, cada vez más encerrado en sí mismo, más numantino y , por tanto, al menos en sus escalas más altas, más partidario de sus oposiciones y del control de lo que quede del Estado. Dios nos pille confesados. Author: Juan Carlos B. M.

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