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miércoles, 17 de octubre de 2012

Sedentarismo y la vida moderna


La inactividad física es catalizadora de condiciones comodiabetes o presión arterial alta, pero también llega a producir alteraciones estructurales y metabólicas como aumento excesivo en la frecuencia cardiaca al momento de realizar alguna actividad física, es decir que la persona rebasa el número de latidos que produce el corazón. "Cuando las personas con mal estado físico intentan hacer ejercicio, se cansan más rápido y sienten mareos y otras molestias, por lo que dejan de intentarlo y descubren que el problema empeora en lugar de mejorar".
Varias enfermedades crónicas se vinculan con la incapacidad de hacer ejercicio, entre ellas, la fibromialgia, el síndrome de cansancio crónico y el síndrome de taquicardia ortostática postural, que también se conoce como STOP y consiste en un síndrome marcado por una frecuencia cardíaca excesiva al ponerse de pie o llegar a un determinado nivel de ejercicio.
Pero, en general, independientemente del padecimiento a tratar, lo más frecuente es prescribir un medicamento en vez de un programa de ejercicio adecuado a las necesidades y capacidades de cada individuo.
Si la inactividad física se tratara como enfermedad en lugar de simplemente la causa o consecuencia de otras afecciones, los médicos podrían tener mayor conciencia acerca de la importancia de recetar ejercicio supervisado, entonces se desarrollarían otros programas formales de rehabilitación integrales que también podrían incluir terapia cognitiva y conductual".

Claves para dejar el sedentarismo

El médico recomienda que quienes llevan una vida sedentaria e intentan hacer ejercicio, lo hagan de manera lenta y progresiva. “No se trata de lanzarse directamente a un entrenamiento arduo que nos lleve a ganar un maratón; se debe comenzar con metas alcanzables y avanzar poco a poco”, añade.
No es necesario inscribirse a un gimnasio ni tener un entrenador personal, caminar aunque sólo sea 10 minutos tres veces al día puede ayudar mucho para llegar a los 150 minutos semanales de actividad física moderada que un adulto normal necesita. 
En un estado ideal, realizar alguna actividad física al menos 30 minutos, tres veces a la semana, permite a una persona reducir los niveles de colesterol HDL (malo), alejar la posibilidad de contraer diabetes y enfermedades vinculadas al corazón.

Si el tiempo no te alcanza, te aconsejamos hacer tres caminatas diarias de 10 minutos, ya que los efectos se asemejan al ejercicio de 30 minutos. Un investigador del Duke University Medical Center,  en Durham, estableció que se quema la misma cantidad de calorías y favorece de igual forma la salud del corazón.
Adicional al ejercicio, la alimentación es fundamental para mantener la salud del cuerpo. Para tener buenos resultados consume de cinco a nueve frutas y verduras frescas durante el día, pueden ser coctéles, sopas o jugos.
Cuando comes frutas tu cuerpo elimina residuos y toxinas gracias a la fibra, lo cual favorece tu salud intestinal. Además, las verduras contienen vitaminas A, B9, C y minerales como el potasio, que ayudan a prevenir enfermedades y lesiones. Al mismo tiempo, poseen fitonutrientes, los cuales son componentes químicos naturales que protegen al organismo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, algunos tipos de cáncer y actúan como antioxidantes.
¿Cuánta actividad física realizas en la semana?

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