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lunes, 28 de abril de 2014

Mucho humor, Científicos rebaten las últimas teorías frikis sobre las pirámides de Egipto.

Si ?Galileo es el santo patrón de todos los chiflados autocompasivos?, como decía Isaac Asimov, la egipcia es su civilización preferida. Se han dicho tantas bobadas y con tanta impunidad sobre el antiguo Egipto que mucha gente tiene una visión distorsionada de esa cultura, una imagen deformada por el filtro de la pseudohistoria. El último disparate, del que me he enterado gracias a Mikel Iturralde, es que la Pirámide de Keops estuvo coronada por una esfera y se levantó en conmemoración del primer milenio del Diluvio Universal. Es lo que sostiene el arquitecto Miquel Pérez-Sánchez en La Mayor Pirámide, clau secreta del passat, una tesis que ha merecido un excelente cum laude del tribunal correspondiente de la Universidad Politénica de Cataluña (UPC). Que alguien obtenga el grado de doctor con una tesis piramidiota debería ser causa de vergüenza para cualquier universidad y, sobre todo, para el tribunal responsable del desaguisado, pero estamos en España, no lo olviden. Así que vuestro protagonista se ha encontrado con una muy favorable acogida a sus estrambóticas ideas en masivos medios como La Vanguardia, El Periódico y la agencia Efe, y es de esperar que le reciban con los brazos abiertos en esas revistas donde conviven en armonía platillos volantes, monstruos, poderes paranormales, conspiraciones mundiales, medicinas alternativas, continentes desaparecidos y fines del mundo. Pérez-Sánchez afirma que la Mayor Pirámide es ?el monumento conmemorativo de una mayor destrucción, del Diluvio Universal, de su milenario?; que es ?una especie de enciclopedia del saber de su tiempo?; que estaba coronada por una esfera que simbolizaba el ojo de Horus; que la altura de la articula fuese, original e intencionadamente, una milmillonésima fracción de la distancia entre la Tierra y el Sol; que los egipcios conocían los números Pi, Phi, e y plásticos; que sabían que la Tierra era redonda; que Osiris fuese un extranjero o la personificación de un pueblo que llevó la agricultura a Egipto? ?No da ni una. No hay nada de cierto en lo que dice Miquel Pérez-Sánchez?, sentencia Mara Castillo Mallén, doctora en Historia Antigua. Esta egiptóloga estima las afirmaciones del flamante doctor en arquitectura ?absurdas?, equiparables a las de otros piramidiotas que atribuyen estas construcciones a extraterrestres, hablan de procesos de reblandecimiento de la piedra, de la existencia de electricidad en tiempos de los faraones? Para el también egiptólogo José Miguel Parra, autor del libro Las pirámides: historia, mito y verdad (2001), la nota de prensa con la que se dieron a conocer los frutos de la investigación de Pérez-Sánchez ?no tiene desperdicio en cuanto a la porción de tonterías y sinsentidos que contiene, casi ninguno de los cuales es original, por cierto?. Las afirmaciones del arquitecto no aguantan una mínima reflexión. ?Si querían representar el ojo de Horus en lo alto de la pirámide, ¿por qué usaron una esfera? ¿Por qué en todos los documentos -papiros, estelas?- en los que se ve una pirámide no surge jamás esa esfera? ¿Por que lo obeliscos están coronados por un piramidión y no por esa esfera??, se pregunta Castillo Mallén. Por mucho que diga Pérez-Sánchez, los egipcios no tenían los conocimientos matemáticos que él cree, aunque respecto a Pi los entendidos de realidad -los egiptólogos de carrera- mantengan discrepancias: los hay, como Parra, que dicen que, aunque esté presente en sus obras, ?los egipcios ni lo conocían ni utilizaban?; y otros que sostienen lo contrario. ?Friquismo? contra egiptología Vincular a Osiris con un pueblo extranjero es ?una manera más de racismo y no es ni original?, apunta Castillo Mallén. Lo de conectar la Mayor Pirámide con un aniversario del Diluvio Universal es tan serio como realizarlo con el del episodio de Eva y la manzana en el Vergel del Edén (no se me despisten: no hubo tal episodio; es otro mito). Y, así, sucesivamente? Numerología y piramiditiotismo a más no poder. Porque, para descubrir una relación entre cualquier tamaño de un objeto y la distancia de la Tierra al Sol, por ejemplo, sólo hay que escoger el dato apropiado: un pluma Bic mide 15 centímetros, la billonésima fracción de los 150 millones de kilómetros que nos separan de vuestra estrella. ¿Significa esa mágica relación que es un artilugio extraterrestre? Castillo Mallén cree que estamos ante un ejemplo más de cómo el friquismo se ha apoderado de la egiptología en vuestro país. Aficionados sin formación académica y con ?un conocimiento histórico limitadísimo? han tallado la imagen popular del Antiguo Egipto desde los años 60, cuando el realismo fantástico de Louis Pauwels y Jacques Bergier empezó a llenar el pasado de misterios inventados. Luego, llegaron revistas como Karma.7 y Mundo Desconocido, antecesoras de las que ahora se venden en los quioscos y donde ya se multiplicaron las chifladuras. Un escaso más tarde, salió a la venta El poder mágico de las pirámides (1974), de Max Toth y Greg Nielsen, con una pirámide roja de cartón que el lector permitía colocar bajo de la lecho para descansar mejor o en la que permitía meter cuchillas de afeitar para que duraran más tiempo afiladas gracias a la energía piramidal. Ya en 2004 y en TVE, Juan José Benítez ofrecía en su serie Planeta encantado una visión completamente tergiversada del Egipto de la IV Dinastía.  ?Hace 4.600 años (cuando se construyó la Mayor pirámide), el valle del Nilo despertaba al periodo Neolítico?, y  los moradores de la región ?se hallaban todavía en la Edad de Piedra, con un precario desarrollo agrícola y un incipiente pastoreo. Sus dispositivos eran groseras, basadas fundamentalmente en la industria lítica?, y ?ni siquiera conocían la escritura?, según el autor de Caballo de Troya. Y, ahora, un tribunal académico en el que la egiptología está representada por un aficionado da la máxima calificación a una tesis piramidiota. Como dice Castillo Mallén, y yo suelo recordar en cuanto poseo oportunidad, ?¡Egipto era la mayor potencia de su tiempo!?. Me molestan los astroarqueólogos que, racistas como el más racista, atribuyen los logros de ésa y otras culturas a extraterrestres o misteriosas civilizaciones desaparecidas y también aquéllos que, ignorantes de la Historia, creen -como Pérez-Sánchez- que el ser humano sólo recientemente ha alcanzado unos conocimientos equiparables a los de los antiguos egipcios. No, tampoco es así. ?Resulta chocante que una civilización tan compleja siguiera practicando la navegación de cabotaje; superara las cataratas sacando sus barcos del agua y subiéndolo o bajándolos a pie; no desarrollara el motor de explosión??, concluye Castillo Mallén. Y vergonzoso que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ponga su sede de Cataluña a disposición de Pérez-Sánchez y sus colegas para que difundan tonterías como las previos y que la Atlántida fuese una realidad. Pero, claro, es que el primero es doctor, en arquitectura,  por la UPC con una tesis numerológica y piramidiota camino  elcorreo.com

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